LA CASA DE LA ABUELA.
Era muy divertida y muy acogedora la casa de la abuela.
Me viene a la memoria ese recuerdo estos días en que yo ya soy abuela, abuelísima y he tenido este fin de semana, reuniones y encuentros en mi casa con motivo de mi cumpleaños.
La ABUELA BLANCA, lo pongo con mayúscula, porque era una abuela con mayúscula, así lo pienso y así lo siento.
La recuerdo con verdadero placer, todas las tardes había en su casa una enorme mesa para merendar sin saber quien aparecería o no por allí, pero siempre se llenaba, de risas, comentarios y compañía… cómo éramos tantos!!, tenía muchos hijos y juntaba una barbaridad de nietos, así como sesenta y tantos. Con ella aprendimos un montón de juegos de cartas y de otros entretenimientos, su casa era el apeadero de todos, siempre recibía a todo el mundo, nunca molestábamos, nunca te mandaba marchar.
Allí había, mesa para encontrar compañía, mesa para merendar, mesa para jugar a lo que fuese, ajedrez, cartas de todo tipo, y toda clase de juegos de mesa a los que éramos muy aficionados casi toda la familia…..creo que nunca nos aburríamos.
Se reunía con algunos de sus hijos después de comer para cosas del negocio o comentarios sobre la familia .Era muy casamentera. Iba al cine casi todos los días y si coincidías por allí, te dejaba acompañarla. Organizaba fiestas, organizaba reuniones, en Reyes, en fin de año y siempre que intuía que la familia necesitaba reunirse. Su puerta, estaba siempre abierta, mañana tarde y noche para todo el que tuviese alguna necesidad o algún problema.
Me gustaría que en cierta manera mi casa fuese como la suya, dispuesta a recibir a todo el mundo hijos, nietos, familiares o no, a todo el que requiriese mi ayuda o compañía. Creo que algo voy logrando, mi hermana dice que tengo “la pensión Juanita”, y alguno de mis yernos me regaló este felpudo para la puerta.
Voy consiguiendo cositas a pesar de tener este carácter,no muy efusivo y un tanto critico, que Dios me ha dado, y que ya no tengo el mismo remango que en mis años mas mozos, pero cada uno hace lo que puede con los dones que le deparó la madre naturaleza…y superando los obstáculos que se te ponen en el camino.
Nunca he tenido malos recuerdos de los abuelos, abuelos que tuve tres, hasta los 20 años por lo menos y alguno mucho mas …
Mis dos abuelas eran hermanas, circunstancia curiosa y que unía más a la familia en cierta medida.
La otra abuela, no era como la abuela de Gijón, pero tenía su gracia, todas las mañanas se ponía su sombrero y salía de paseo o de compras por la Gran Via, en pleno centro de la capital donde vivía, y a veces yo la acompañaba, si me habían dado permiso en el colegio donde estaba interna para quedarme a dormir con ellos, el abuelo lo pedía algún fin de semana y me llevaba al cine o al teatro, era divertido, ellos iban todos los Sábados y Domingo y con ellos aprendí a gustar la Zarzuela que me encanta, Luisa Fernanda ,La del Manojo de Rosas, los Gavilanes y otras muchas obras de teatro. La verdad es que los abuelos a su estilo me mimaban. Por entonces todavía estaba yo sola en Madrid, sin mis hermanas, que eran algunos años más pequeñas.
Me gustaría que mis nietos me recordasen con el cariño que yo los recuerdo a ellos ahora que me toca estar en su lugar.
